martes, 22 de abril de 2008

Artículos

La multiplicidad de la tragedia

Una característica fundamental de la tragedia es su carácter múltiple. Nos puede derivar en varias direcciones o diferentes percepciones. En este sentido, la tragedia forma parte de la universalidad de variantes que nos plantea el ser. Por otra parte, nadie puede negar la condición de alegría que nos plantea la tragedia.“Lo trágico se halla únicamente en la multiplicidad, en la diversidad de la afirmación como tal. Lo que define lo trágico es la alegría de lo múltiple, la alegría plural. Esta alegría no es el resultado de la sublimación de una compensación, de una resignación, de una reconciliación: en todas las teorías de lo trágico, Nietzsche puede denunciar un desconocimiento esencial, el de la tragedia como fenómeno estético. Trágico designa la forma estética de la alegría, no una receta médica, ni una solución moral del dolor, del miedo o la piedad. Lo trágico es alegría”(1). Esta alegría se puede traducir en que la tragedia es pura afirmación, y por el contrario, es la negación de una tradición metafísica que nos ha cegado frente a las innumerables posibilidades de creación y del querer que nos otorga la tragedia. Las posibilidades entregadas por la tragedia a partir de su multiplicidad, nos arrastra y nos posee en una inversión de valores, derribando la moralidad de lo permitido. No deja espacios donde la metafísica o el pensamiento calculante se apodere de ella, no es posible ocultar la tragedia, ya que es lo único que se encuentra visible en este mundo. Sin embargo, bajo la premisa de un mundo feliz desde un punto de vista capitalista, se nos enseña a aceptar la moral como el límite de nuestras posibilidades para vivir y desenvolvernos en forma correcta para alcanzar la plenitud del individuo. “Yo prometo una edad trágica: el arte supremo en el decir sí a la vida, la tragedia, volverá a nacer cuando la humanidad tenga detrás de si la conciencia de las guerras más duras, pero más necesarias, sin sufrir por ello …”(2). Este no sufrir en la tragedia, y por el contrario disfrutarla, hacerla goce y éxtasis, nos transforma en seres inmorales, contrarios a una basta tradición de miseria otorgada por las elites que nos mantienen bajo control. Las diferencias nos ayudan a crear, y esta creación permitida y plural de nosotr@s mismos nos produce la satisfacción de sabernos libres, superando el pensamiento calculante, nos hace capaces de sentirnos plenos, llenos de alegría.
Notas: 1. Deleuze, Gilles. "Nietzche y la filosofía". 2. Nietzche, Friedrich. "Ecce hommo".

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